Ratonero con un par bien puestos.
Aguanto con determinación el enfrentamiento directo con una garza real
y ando despierto para evitar un par de peligrosos arponazos.
Finalmente venció el envite y tuvo la justa recompensa de la carne.
La garza tuvo que abandonar ante la pertinaz
resistencia de la rapaz y fue a buscarse el sustento diario en otra parte.
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