La collalba negra es una especie realmente difícil de ver en nuestra
comunidad, (de hecho, en mi amplia experiencia senderista por todas las
montañas de nuestra comunidad, no las he podido observar en ningún otro sitio)
por lo que es especialmente destacable la presencia de hasta tres ejemplares en
este comedero –bebedero de ribarroja. También es curiosa la relación entre
ellas, pues se trata de 2 hembras y un macho y siendo ya época de cría, es
curioso que se lleven tan bien y no se peleen, incluso cuando aparecen, lo
hacen las tres juntas y en muy buena armonía.
Con respeto a sus costumbres reproductoras, he encontrado una cita que
quizás pueda explicar este comportamiento:
“El sistema de apareamiento es fundamentalmente monógamo, aunque se
dan algunos casos de poliginia, en que dos hembras pueden anidar en estrecha
proximidad en una cueva controlada por un macho (J. Moreno, observación
personal)”.