La primavera ha llegado y parece que las tortugas mediterráneas ya han salido de su letargo invernal.
En un breve paseo por la Devesa he podido observar hasta cuatro ejemplares de esta especie. Dos de ellas estaban juntas y una perseguía a la otra, quizás estaban en el cortejo. Estuve un rato observándolas a ver si se animaban a copular, pero nada, aunque no debe ser un tema sencillo la copula de las tortugas.
El águila calzada es la más pequeña de las águilas, de ahí que también
se le denomine “aguililla calzada”.
Es una rapaz de tamaño medio, formas estilizadas, alas largas y
estrechas, tarsos completamente emplumados y vuelo ágil, que se caracteriza por presentar
dos plumajes completamente diferentes: uno claro (mucho más frecuente) y otro
oscuro, además de coloraciones intermedias entre ambos.
Por encima ambas fases son iguales, pero por debajo se aprecia como en
la fase blanca tiene el pecho y vientre
blancos y la cola de color canela. La fase oscura presenta todas las alas y la cabeza de color
marrón. El águila calzada cuenta con una cabeza ancha y redonda, que presenta
un pico poderoso para despedazar a sus presas.
Se trata de un ave fundamentalmente migradora de largo alcance, aunque
los ejemplares de Baleares se muestran sedentarios. En los últimos años se
viene registrando un cierto número de individuos que pasan el invierno en las
marismas del Guadalquivir y en las provincias costeras del Mediterráneo, lo que
se interpreta como un fenómeno relacionado con posibles procesos de
sedentarización.
Su hábitat preferido son los
bosques, considerándose una especie típicamente forestal, aunque se desplaza a zonas
más abiertas para cazar.
Las aves constituyen, en la mayoría de las regiones, el grueso de la
dieta de esta rapaz. Normalmente, elige especies de tamaño medio, que varían en
función de las disponibilidades del hábitat que ocupan, si bien sus presas más
comunes son palomas torcaces, perdices, mirlos, zorzales, rabilargos, urracas,
arrendajos, abubillas o codornices. El conejo es el mamífero que más consume y,
allí donde todavía abunda, se constituye en una pieza básica de la alimentación
del águila.
Esta entrada será para mostrar ejemplares en fase oscura.
Visita de final de invierno al hide de Ribarroja en busca de la pareja de pitos reales (el sexo se distingue por el color de su bigotera, rojo en el macho, negra en la hembra), ya que, al parecer, últimamente se están mostrando muy activos.
Sesión muy entretenida con las aves más características del invierno mediterráneo (colirrojo, petirrojo, tarabilla, etc.) y las demás especies habituales del hide. En total, en apenas tres horas de sesión, pasaron por el hide hasta 18 especies diferentes, lo cual no está nada mal.
La pareja de pitos reales no faltaron a la cita, aunque estuvieron poco tiempo y cuando llegaron había muy poca luz, a última hora de la tarde y con cielo muy nublado. Incluso copularon una vez, aunque detrás de un tocón, fuera de foco. Se ve que son un poco pudorosos.
Con ISOS de 4.000 y 5.000, las fotos de los pitos han salido reguleras, y menos mal que el Photoshop hace milagros con el ruido. Así pues, queda pendiente otra visita a este hide para mejorar la calidad de las fotos de los pitos.
Muchas aves están ya en pleno cortejo y los machos ya presentan sus mejores galas, destacando entre ellas, un imponente macho de verderón común con un plumaje realmente espectacular.
