La curruca tomillera es una versión en pequeño de la curruca
zarcera, de la que se diferencia, además de por su menor tamaño, por tener las
alas más rojizas y cortas, y la coloración de la cabeza más contrastada. Los
machos presentan tonos rosados en las partes inferiores, dorso pardo grisáceo.
Se trata de una especie migradora parcial, con una
amplia gama de movimientos. La mayoría de las poblaciones ibéricas se comportan
como estivales, y en invierno se desplazan a áreas más térmicas del norte de
África, aunque algunos individuos posiblemente alcancen el sur del Sáhara. En
el sureste peninsular hay algunas poblaciones parcialmente migradoras, con una
parte de la población residente.
Cría en tomillares y otros terrenos secos o áridos de vegetación
escasa y dispersa, como salicornia, artemisa, romeros o coscojales, en
definitiva, matorrales bajos. Se encuentra desde el nivel del mar hasta los
1.800 metros de altitud en los páramos del Sistema Ibérico
Es básicamente insectívora, por lo que generalmente se alimenta de
insectos, aunque también ingiere arañas, moluscos y algunas semillas.