Estamos a 8 de junio y los arrozales siguen secos y sedientos.
Llevamos un gran retraso en la siembra del arroz, pues otros años a primeros de mayo ya inundan los arrozales y a principios de junio ya despuntan los primeros brotes del arroz sobre la superficie del agua.
Esto ha sido consecuencia de las fortísimas lluvias de marzo y abril que volvieron a inundar los campos que ya estaban secos y han impedido hacer una serie de trabajos agrícolas que resultan imprescindibles para la siembra del arroz.
Durante marzo y abril se vacían los campos por completo y se deja descansar la tierra esperando que se seque al sol, luego se le da la vuelta a la capa superior (tractores con ganchos) y finalmente se pasa con el “retovato” para que la tierra quede lo más fina posible y eliminar los terrones grandes. Todo esto no se pudo hacer en su momento y se está haciendo ahora a toda prisa con una actividad frenética de los tractores, pues hay mucho que hacer y el retraso ya es grande.
Sin ir más lejos, esta misma mañana en la marjal cercana al pueblo del Saler había dos tractores arando todos los arrozales que quedan por arar en esta zona y levantando una gran polvareda.
Mientras tanto, la variada avifauna que utiliza la marjal para reproducirse y alimentarse (garzas, gaviotas, pollas de agua, patos, moritos, cigüeñuelas, etc.) sigue desconcertada y esperando por los alrededores de los campos la llegada del líquido elemento.
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