El ruiseñor bastardo, o cetia ruiseñor es un pájaro de pequeño tamaño, de diseño muy discreto y aspecto rechoncho, con alas y cola redondeadas. Presenta el dorso de color pardo-rojizo oscuro y las zonas inferiores grisáceas, con motas claras en las infracoberteras caudales. Posee una ceja pálida, así como una zona auricular grisácea y un pico muy fino.
De hábitos escondidizos, resulta difícil de observar, pero es, en cambio, muy fácil de detectar en las espesas marañas ribereñas que frecuenta por su inconfundible y sonoro canto. Cuando se desplaza entre la vegetación, levanta y despliega frecuentemente la cola.
Especie ligada a la vegetación palustre, ocupando sotos, riberas, marismas, carrizales y en general zonas de cobertura vegetal densa cercanas al agua.
Fundamentalmente insectívoro, se conoce que la alimentación del ruiseñor bastardo está compuesta básicamente de insectos, larvas, arañas, gusanos, moluscos y semillas. Cazan moviéndose de manera inquieta de un lugar a otro entre la vegetación, encontrando su alimento tanto en el suelo como en las ramas y hojas. Cuando se dificulta la tarea de capturar insectos, generalmente en invierno, el ruiseñor bastardo complementa su dieta con semillas y, ocasionalmente, pequeños frutos silvestres.
Se trata de una especie eminentemente sedentaria, aunque realiza movimientos dispersivos de corta distancia que, en otoño, la pueden llevar hacia zonas más cálidas de la Península.
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