Haciéndonos eco de esta película española ampliamente publicitada durante estos días, no se me ocurre mejor definición para referirme a algunas personas despreciables que no tienen otra cosa mejor que hacer que salir a la naturaleza a hacer daño.
Antonio, mi compañero de fatigas, encontró hace unos días cerca de su huerto una curiosa trampa con toda la pinta de ir dirigida a alguna pequeña rapaz, en concreto, parece que a capturar o matar cernícalos.
El artilugio consistía en una jaula con dos gorriones molineros vivos dentro y con el exterior trufado de pequeños lazos de alambre listos para hacer presa en las garras de cualquier infortunada rapaz que los viera e intentara capturarlos.
La técnica del lazo consiste en un cable de acero trenzado con un nudo corredizo que se cierra rápidamente ante cualquier tirón, agarrando así al animal que nada puede hacer para soltarse, ya que cuanto más tire más lo ahorca el lazo de acero.
Esta forma de caza, prohibida en muchos sitios, destaca por su extrema crueldad. Las victimas sufren largas agonías de horas e incluso días, llegando incluso a arrancarse las extremidades atrapadas para poder escapar.
Avisado el SEPRONA, esperemos que puedan localizar al malnacido que puso esta trampa y que sobre él, caiga todo el peso de la ley, aunque mucho nos tememos, como suele ser habitual en estos casos, que este delito quedara impune.
Las imágenes están captadas con el móvil y la calidad es muy regulera, aunque sirvan como documento para mostrar lo singular de este mortal y macabro artilugio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario