Los ratoneros toleran bien la presencia y la compañía de otros
ejemplares de su misma especie, pero siempre hay un status jerárquico que hay
que respetar.
Cuando algún individuo se lo salta, basta un breve enfrentamiento estereotipado
con algunas posturas intimidatorias para poner a cada cual en su sitio y que se
reestablece la paz.
En este caso un ratonero joven quiso acceder a la comida antes que otro
ejemplar de rango superior y este rápidamente le recordó su posición.
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