miércoles, 31 de julio de 2024

LES PENYES DE RIMANSA Y EL CAMINO DE CASTRO

Ya estamos en pleno verano y el calor aprieta que da gusto. Para seguir haciendo senderismo y no sufrir demasiado, habrá que planificar bien; recorridos cortos, madrugar mucho (acabar la ruta no más tarde de las 10,00 h) y buscar sitios arbolados o vertientes de umbría.

Bajo estas premisas volvemos a la sierra de Espadan y en concreto a Alfondeguilla, con el objetivo esta vez de ascender a lo alto de les Penyes de Rimansa, resultando un recorrido de gran belleza y no demasiado exigente (unos 10 km y unos 500 metros de desnivel).

Comenzamos con el itinerario morado del Arquet, uno de mis senderos favoritos de la sierra, un bello sendero que recorre el fondo del barranco de Castro, con algún tramo empedrado, entre densa vegetación de ribera y el paso por el Arquet, un pequeño acueducto de un solo arco y de origen incierto.

Cuando salimos del barranco y tras un breve tramo de pista, afrontamos la dura subida a les Penyes de Rimansa. Un bonito sendero remonta a golpes de lazada la exigente pendiente entre alcornoques, pinos y una densa vegetación. Tramo para hacer sin prisas, la subida no da un respiro, no en vano ascendemos más 250 metros de desnivel en apenas un kilómetro.

Ya en lo alto, encontraremos la recompensa, unas maravillosas vistas de las montañas de los alrededores, incluida una bonita vista sobre Alfondeguilla y de la costa mediterránea.

El sendero ahora va cresteando en un recorrido muy atractivo por el perfil de las Penyes hasta descender a la Font de la Penyeta. Otro rincón mágico de esta sierra, muy umbrío, con densas formaciones de helechos y con la bonita surgencia de la fuente escondida entre la vegetación.

Después de almorzar en este rincón de privilegiada belleza, tomamos el camino de Castro, otro sendero memorable que discurre en paralelo al barranco de Cabrera. Bosques de alcornoques y un entorno muy agreste nos acompañaran durante el descenso. A esto hay que sumar el paso al lado del esqueleto de la Surera Mare y un mirador con una magnifica vista de los imponentes farallones de rodeno de les Penyes de Rimansa, cima que, por otro lado, acabamos de coronar.

Quiero hacer una referencia a la Surera Mare, un gigantesco ejemplar de alcornoque que con más de mil años de antigüedad y una altura superior a los 20 metros de altura era toda una referencia de paso para todos los senderistas que seguían la ruta del castillo de Castro. Mi último paso por aquí cuando aún estaba en pie data del otoño del 2013 y ya en marzo del 2014 nos enteramos que fuertes rachas de viento de más de 70 Km/h junto con que ya estaba "tocada" por coleópteros del género cerambixsi (perforadores de madera) habían tumbado posiblemente al alcornoque más emblemático de toda la sierra. Ahora ya solo queda el tocón por donde partió y el tronco del gigante caído ya casi cubierto por la densa vegetación.

En cuanto a la fauna, oímos una oropéndola por los alrededores del pueblo y algunas ranas por el barranco. También observamos un martín pescador por el Arquet y me cruce con un par de cabras montesas durante el ascenso a las Penyes de Rimansa. Eran dos jóvenes machos con una buena cornamenta, pero apenas me dio tiempo para hacerles un par de cutre fotos de espaldas, pues al oírme llegar, rápidamente desaparecieron entre la densa vegetación. A partir de las 9,00 h empezó a hacer mucho calor, los pájaros se callaron y empezó el estridente coro de las chicharras. Señal inequívoca que había que batirse en retirada y había que darse prisa en acabar el recorrido.



















 

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