sábado, 10 de diciembre de 2022

EL GARBI Y LOS ACENTORES ALPINOS

El acentor alpino es un ave que se reproduce en las zonas alpinas y subalpinas de las principales cordilleras del sur de Europa. En España tiene sus principales núcleos de reproducción en Pirineos y Picos de Europa, aunque también cría en algunos lugares de la Cordillera Cantábrica, el Sistema Central, el Sistema Ibérico y Sierra Nevada.

Con la llegada del invierno, los acentores alpinos realizan pequeñas migraciones altitudinales, que les llevan a bajar a cotas incluso cercanas al nivel del mar.

El acentor alpino es un ave tremendamente fiel a las áreas de invernada: los individuos que invernaron en una cumbre, si sobreviven a la migración y a los lances con depredadores, volverán a este lugar. En nuestro caso, los acentores alpinos llegan entre finales de octubre y principio de noviembre cada año a las cumbres de las estribaciones del Sistema Ibérico a lo largo del interior de la provincia de Castellón, Espadán, Calderona, del macizo del Caroig, Sierra del Martés, Hoces del Cabriel y Júcar y su entorno, así como las sierras del sur de Valencia y norte de Alicante.

Para este invierno tengo previsto hacer algunas pequeñas ascensiones a algunas de las cimas que acogen a este simpático invernante, combinando una vez más un coctel inmejorable: el senderismo, la montaña, la ornitología y la fotografía.

En esta ocasión nos dirigimos a la sierra Calderona y ascenderemos el Garbi, una de sus cimas más míticas y también de las más visitadas, entre otras cosas porque una buena carretera te deja a escasos 200 metros de la cima.

Nosotros evidentemente subiremos andando y el punto de partida será la aldea de Beselga, desde donde un sendero con la señalización del G.R.10 recorre toda la umbría de la montaña hasta situarnos en el lomo cimero de la montaña y a tiro de piedra de los farallones pétreos de esta modesta, pero imponente cima.

Recorrido muy bello, siempre bajo la fronda de un húmedo pinar, salpicado de carrascas, higueras salvajes, madroños, musgos y líquenes, grandes matas de brezo en flor, etc. Además es un bosque muy vivo, incesantes observaciones de la fauna alada nos llamaron la atención durante todo el recorrido: petirrojos, currucas, mirlos, pinzones, arrendajos, pito real, reyezuelo, colirrojos, etc.

Recorrido sencillo y no demasiado duro (unos 13,5 km y unos 650 metros de desnivel), por lo que es muy recomendable, incluso para hacer en verano. Durante el recorrido veremos indicaciones de numerosas variantes; y aunque mi idea original era hacer un circuito circular y más corto, tanto me ha gustado el recorrido, que para la vuelta he repetido el mismo camino para disfrutarlo dos veces.

Ya en la cima, comenzamos la localización de los acentores alpinos, y aunque me costó un poco encontrarlos en este maravilloso caos de rocas, al final localice un grupito de 5-6 ejemplares. Algo escurridizos y bastantes movidos, al final conseguí hacerles algunas fotos decentes. Para agradecerles los posados siempre les llevo algunas chuches, que en su caso son tenebrios (gusanos de la harina), rica proteína para pasar mejor el invierno.

 

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