La técnica del “hide-car” consiste en hacer fotos desde la ventanilla del coche, y la marjal es un buen sitio para emplear esta técnica, pues las aves que frecuentan los arrozales están bastante habituadas a la presencia humana y al tránsito de vehículos por los caminos.
Esta mañana me paso por la marjal de Alafafar y de Pinedo con el objetivo de encontrar martinetes o alguna garza imperial.
Bueno, pues al final solo pude observar un par de martinetes muy lejanos y fuera de distancia y de garza imperial nada de nada. Sin embargo, me entretuve con una buena representación de las aves acuáticas más habituales en la marjal: cangrejera, bueyera, garceta común, gaviotas reidoras y de audouin y moritos.
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