Desde las últimas sesiones de final de enero, algo ha cambiado, los petirrojos ya no lo acaparan, sino más bien todo lo contrario, ya solo lo visitan esporádicamente.
En cambio las tarabillas se han convertido en asiduos visitantes, en especial un macho que me está observando desde lo alto de un matorral mientras coloco la comida y me introduzco en el hide, pero en apenas 10 minutos ya ha bajado a seguir comiendo.
Desde la última sesión y ahora que ha bajado la presión de los petirrojos se ha incorporado una pareja de currucas cabecinegras, que acuden con regularidad, en especial la hembra que se mueve con mucha soltura y confianza por toda la estructura del comedero consumiendo sobre todo larvas de mosca y de vez en cuando alguna grosella.
Mientras estoy en el hide oigo cantos de otras aves y he visto merodear por los alrededores a pinzones, jilgueros, mirlos y algún estornino, pero aún no se han decidido a bajar.
De momento habrá que seguir a la espera de incorporar nuevas especies.
Curruca cabecinegra en los comederos |
No hay comentarios:
Publicar un comentario