Muchas ganas le tenía al águila calzada, y por fin esta mañana he
conseguido fotografiar a un magnifico ejemplar de morfo claro de esta imponente
especie.
Prácticamente inexistente hasta la década de los 80, desde hace algunos
años se la ve con relativa frecuencia durante la época invernal por los
alrededores de la albufera, tanto por el monte de la devesa como por la marjal.
Sin duda aquí ha encontrado un ecosistema idóneo donde pasar los duros
meses invernales, pues disfruta de un clima mucho más benigno que el de su área
de reproducción y hay comida en abundancia.
Ahora el siguiente reto será intentar fotografiar a
algún ejemplar de morfo oscuro, variedad de color que al parecer es mucho más
escasa que la clara.
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