domingo, 1 de diciembre de 2013

DICIEMBRE 2013

En diciembre hay pocas novedades con respecto al mes anterior. La perellona esta concluida y la mayor parte de la marjal ya es un gran lago. Del mismo modo, la mayor parte de ella queda convertida en un gran coto de caza con sus accesos cortados y con grandes limitaciones para disfrutar de tan magno espectaculo. 


Moritos y gaviotas redioras en la marjal de Alfafar
Marjal inundada y al fondo la sierra de Alcira




Sin embargo, durante la perellona no todos los arrozales acaban completamente inundados y cerrados por el tema de la caza. Los arrozales mas perifericos y cercanos a los pueblos no se llegan a inundar y solo quedan encharcados, algunos incluso casi secos.
En estos arrozales se amontona la paja sobrante de la reciente cosecha y entre ella hay abundante grano desaprovechado y perdido.
Estos arrozales son batidos por bandos de aves granivoras que aprovechan este oportunidad de comida facil y abundante. Asi, grupos de tortolas turcas, palomas semidomesticas, gorriones (comunes y molineros) y sobre todo enormes bandos de estorninos pintos y negros vagabundean de arrozal en arrozal aprovechando este suministro de comida extra.
Este mes me he centrado en estas aves, abundantes en los arrozales poco inundados, en los descampados que hay entre ellos y en los alrededores de los almacenes de grano. 
Para conseguir fotografiarlas solo hay que buscar una zona que frecuenten y cebarlas unos dias con grano que no sea dificil de encontrar y sea barato (un mix de maiz partido y trigo es bastante idoneo). Como camuflage lo mejor sera un tumbing-hide, mas discreto y mas facil de ubicar en zonas con poca vegetacion que un hide clasico. Al ser especies de tamaño medio y no muy desconfiadas bastara con un tele de 300 mm.
Las urracas tambien han venido gustosas al banquete de grano, como siempre dispuestas a aprovechar un bocado facil. Un ejemplo mas de su gran versatilidad a la hora de alimentarse y posiblemente la clave del gran exito expansivo de su especie.
El tumbing.hide vuelve a demostrar su fiabilidad, pues a pesar de que el mio es precario (cuatro varillas flexibles para dar forma y tela de camuflaje y red de hojas cogidas con pinzas), unas aves tan listas y avezadas como las urracas no mostraron apenas recelo y se acercaron a menos de dos metros.




Casualmente, el mismo descampado que utilice para las fotos de las turcas, tambien era el cazadero de un cernicalo comun.







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