La salamanquesa común es un gecko de actividad nocturna y crepuscular. En la naturaleza pasan la mayor parte del día retirados y protegidos en su escondite. No obstante, con frecuencia es posible ver a estos lagartos tomando el sol por las mañanas. El gecko de pared se activa desde el atardecer hasta la media noche. Ahí es cuando va a cazar insectos y arañas. En su hábitat natural es posible verlo cerca de una fuente de luz artificial, donde acecha a las presas atraídas por la luz.
Gracias a las laminillas que poseen en sus dedos aplanados pueden trepar sin dificultad por paredes verticales y cristales e incluso caminar boca abajo por los techos. Su pupila es vertical cuando se contrae y nos da una pista sobre sus hábitos y costumbres. Si se las molesta pueden perder la cola, pero, aunque les vuelve a crecer, no lo hacen con el mismo tamaño que la original, por ello no debemos molestarlas.
La salamanquesa es uno de los reptiles más comunes en los entornos domésticos de las ciudades y pueblos, donde acostumbra a convertirse en inquilino habitual (que no parásito) de nuestros hogares.
Pueden llegar a vivir hasta los 4-5 años y es totalmente inofensiva para las personas, a pesar de las múltiples leyendas y supersticiones que circulan por nuestras tierras indicando todo lo contrario.
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