Bueno, pues un año más, hoy empieza la temporada de caza y con ella comienza una etapa muy dura y negra para nuestras aves acuáticas, donde durante la cual varios millares de ellas serán abatidas y junto con estas algunas rapaces y buen puñado de especies protegidas.
No me he querido perder el ambiente en el arranque de esta temporada y esta mañana me he acercado a la marjal de Alfafar. Como era de prever, la afluencia de cazadores era muy alta y la actividad frenética.
Esta gran actividad cinegética no impedía ciertas labores agrícolas de los arroceros; así pues, he visto a un par de ellos fumigando un campo y también algunos de ellos estaban quemando la paja sobrante de la cosecha, en una práctica que cada día gana adeptos después de desaparecer las subvenciones que los arroceros recibían de la Comunidad Europea por no quemarla y dejarla en los campos.
Al igual que el año pasado la temporada de caza ha arrancado con la marjal muy seca y con algunos arrozales aun sin cosechar. Asimismo, al parecer quienes han pagado los platos rotos de esta primera jornada de caza en esta zona de marjal han sido las pollas de agua, pues casi todos los cazadores llevaban algunas de estas aves en el morral.
En la marjal de Pinedo, donde son muchos los arrozales aun sin cosechar, no había cazadores y en su lugar algunas cosechadoras trabajaban sin descanso para acabar la faena.
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| Amanece en la marjal de Alfafar |
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| Hoy estaba complicado aparcar en la marjal |
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| La catividad de los cazadores era intensa |
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| A pesar de los cazadores habian arroceros quemando la paja sobrante de la cosecha |
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| En la marjal de Pinedo, en vez de cazadores habian cosechadoras ultimando la cosecha |
Preciosa foto la del amanecer; y enhorabuena, como siempre, por el blog. Por cierto, ¿se sabe algo de la postura o propuestas del gobierno autonómico respecto a la quema de paja?
ResponderEliminarHola Jordi, gracias por visitar el blog y comentar.
ResponderEliminarCon respecto al tema del tratamiento de la paja sobrante de la cosecha solo se lo que voy leyendo en los periódicos.
Hace años, la paja se quemaba en los campos formando grandes fumarolas que llegaban hasta la ciudad de Valencia y provocaban ciertas molestias a los ciudadanos. A partir del año 2007 está practica quedo en suspenso porque Europa ofrecía ayudas medioambientales a los agricultores que no quemaran la paja y la dejaran en los campos para después fanguearla, aunque este método también presento problemas, porque la pudrición de este material provoca gases perjudiciales para la fauna del lago, llegando al parecer a provocar mortandades de peces.
También se ha intentado reciclar este material recogiéndolo en grandes fardos e intentando convertirlo en compost o comida para ganado.
Parece ser que el año pasado se retiraron esas ayudas y algunos agricultores vuelven a quemar la paja en los arrozales.
Actualmente yo creo que cada agricultor hace lo que cree mejor para sus intereses y sobre si el gobierno autonómico ha realizado alguna propuesta de actuación, lo desconozco completamente.