Hay ciertos acontecimientos que nos gusta repetir todos los años, y uno de ellos es conocer la descendencia de la pareja de alimoches que cría en la buitrera de la rambla de Arquela.
No siempre se consigue, porque son animales y tienen un comportamiento impredecible, aunque en esta ocasión la suerte nos ha sonreído y la pareja de alimoches si ha venido al hide en compañía de su pollo.
Ha sido una suerte relativa, pues nada más llegar la familia de estos pequeños buitres, han llegado en tropel los buitres leonados y con el alboroto que arman, el pollo se ha marchado y ya no ha vuelto en toda la sesión.
De todas formas, algunas fotos le hemos podido hacer y hemos disfrutado de una buena sesión de carroñeras, incluidos algunos vuelos, aunque pocos, porque todas las aves han entrado al escenario por atrás.
A pesar de la presencia de las grandes carroñeras, algunas avecillas también se han aventurado a entrar a pillar tenebrios, así tarabillas, colirrojos, cogujadas e incluso una pequeña lagartija también se han llevado su parte en el festín.
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