Tras mas de mes y medio sin poder hacer nada de montaña me noto falto de energía y, sobre todo, falto de piernas; así que, para entrar otra vez en dinámica buscaremos una excursión no demasiado exigente para engrasar la maquinaria y ponerla otra vez en marcha.
Aprovechando que la perellona (inundación invernal de los arrozales) esta en máximos, hemos pensado en recorrer la Muntanya de Cullera, y así podremos disfrutar de unas inmejorables panorámicas de la marjal inundada.
También conocida como Serra de les Raboses o Muntanya d´Or, la toponimia establece actualmente, que la denominación correcta es Muntanya de Cullera. Se eleva sobre el casco antiguo de la localidad, al sur, donde alcanza su máxima altura, luego va descendiendo progresivamente según se dirige al norte hasta acabar en el mar Mediterráneo, en la zona del faro de Cullera, en forma de pequeños acantilados. Tiene una altura máxima de 233 m. y se considera la última estribación del Sistema Ibérico antes de llegar al mar.
Desde el punto de vista geomorfológico, la montaña de Cullera es un afloramiento monoclinal calcáreo con algunos de sus estratos con fuertes inclinaciones y otros prácticamente horizontales. La montaña de Cullera es un ejemplo de carstificación que se aprecia en las cuevas, abrigos y urgencias que presenta el roquedo.
Para su recorrido contamos con el marcaje del PR-CV. 366, que en un atractivo recorrido circular recorre su lomo cimero de extremo a extremo y luego cierra el circuito recorriendo la falda de la montaña de su vertiente norte hasta volver al punto de inicio.
Al final, el recorrido ha quedado bastante majo (14 km y 400 metros de desnivel), aunque solo he utilizado el PR-CV de forma parcial. Una vez recorridas las partes altes y ya en el faro, el PR vira a la derecha para recorrer su vertiente norte, y yo en cambio he preferido volver al punto de inicio por la vertiente sur en un tranquilo paseo a orillas del mar Mediterráneo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario