Como cada temporada, al final de la primavera vamos al hide de
Ribarroja a disfrutar de los pollitos de mochuelo que en esta época ya deben de
estar haciendo de las suyas en el bebedero.
Siempre me gusta venir a primeros de julio para verlos recién salidos del nido, pero este año no ha podido ser, así que aunque un poco pasados de fecha acudimos puntuales a nuestra cita con estos encantadores pajaretes.
En la sesión de esta madrugada, han acudido dos pollos creciditos y un adulto. Se les nota ya bastante independientes, se alimentaban solos con mucha soltura, e incluso ya se animaban a plantar cara y expulsar a las abundantes urracas que pululan por esta zona.
Han estado entrando y saliendo hasta las 7,15 h, momento en el cual, las criaturas de la noche ya se retiran a sus refugios y dejan paso a la cohorte de aves diurnas que acuden a comer y beber a este bebedero.
Siempre me gusta venir a primeros de julio para verlos recién salidos del nido, pero este año no ha podido ser, así que aunque un poco pasados de fecha acudimos puntuales a nuestra cita con estos encantadores pajaretes.
En la sesión de esta madrugada, han acudido dos pollos creciditos y un adulto. Se les nota ya bastante independientes, se alimentaban solos con mucha soltura, e incluso ya se animaban a plantar cara y expulsar a las abundantes urracas que pululan por esta zona.
Han estado entrando y saliendo hasta las 7,15 h, momento en el cual, las criaturas de la noche ya se retiran a sus refugios y dejan paso a la cohorte de aves diurnas que acuden a comer y beber a este bebedero.
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