Se trata de un eclipse total de Luna en coincidencia con el perigeo, que es el momento en el que el satélite se encuentra en su fase de máximo acercamiento con nuestro planeta y se sitúe a tan solo 356.400 kilómetros de distancia.
Cuando la Luna pasa por detrás de la sombra de la Tierra, se oscurece. La sombra terrestre, sin embargo, dispersa la luz azul y verde y deja pasar la roja. Durante el eclipse, el satélite pasa por esta sombra, por lo que en vez de recibir la luz solar obtendrá el brillo rojo de nuestra atmósfera. De esta manera, el fenómeno resultante es conocido por muchos aficionados como Luna de sangre o Luna roja.
La cosa pintaba mal por la meteorología, pero afortunadamente por la noche el cielo se aclaró y permitió disfrutar de tan singular espectáculo.
Las fotos están hechas desde la azotea de mi finca y son de baja calidad porque para poder apreciar a la Luna y su color rojo tuve que disparar con una ISO de 10000, con lo cual el ruido es más que notorio. Sin embargo, como testimonio y para ver el efecto del color que toma la Luna pueden valer.
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