viernes, 31 de diciembre de 2021

LAGUNERAS DE OJOS AMARILLOS O MACHOS TRASVESTIDOS

El aguilucho lagunero es una rapaz de tamaño medio y aspecto bastante estilizado, aunque ciertamente más robusto que los restantes aguiluchos presentes en nuestra fauna, a los que también supera en envergadura. La especie presenta, como es habitual en otros miembros del género Circus, un acusado dimorfismo sexual, ya que la hembra es bastante mayor y más pesada que el macho, y ambos sexos exhiben plumajes muy diferentes.

Se trata de una rapaz de tonalidades fundamentalmente castaño oscuro. El macho adulto tiene la cabeza y la nuca pardas con tonos rojizos y líneas de color marrón oscuro que les da un aspecto rayado. La parte superior y el dorso son de color pardo oscuro y las inferiores cerca de las patas y bajo vientre es de color pardo rojizo que se van convirtiendo en crema según asciende hacia el pecho y garganta. El iris de los machos es blanco amarillento, mientras que los ojos de las hembras son más marrones.

La hembra adulta es un poco más grande y de color en general más pardo oscuro tanto en la zona dorsal como la ventral. La cabeza, la garganta y los hombros de tonalidades blanco amarillentas. La cola es de color marrón oscura con un barrado característico en las hembras.

Los jóvenes son bastante parecidos a las hembras aunque con tonalidades más homogéneas y más oscuras, presentando solo las manchas claras en cabeza, nuca y garganta.

Todas las descripciones de plumaje sirven para dar una idea general de la coloración de estos pájaros, pero no para definirlos con exactitud, pues las variaciones individuales son muy grandes y sobre todo, los estados de transición desde jóvenes a adultos dan lugar a una gran variedad en el color que origina frecuente confusión al identificarlos.

Desde hace unos años, existe una curiosa polémica entre expertos que están acostumbrados a ver estas aves en zonas habituales de cría ya que la mayoría de las veces observaban hembras y/o jóvenes y rara vez machos (muy distinguibles en su plumaje adulto). Al parecer hay varios estudios al porqué de este motivo. 

Se ha resuelto en parte la incógnita de la mano de un buen estudio científico, como no podía ser de otra manera. Lo curioso es la explicación descubierta. No hay más hembras que machos en la especie, sino que muchos machos (cerca de un 40%) se visten de hembras para pasar desapercibidos ante el poderío territorial de otros compañeros del mismo sexo. Una adaptación de la que obtienen un excelente rendimiento.

Como ha demostrado un equipo de investigadores franceses con un estudio publicado en Biology Letters, este travestismo les da una clara ventaja sobre los, digamos, más ortodoxos ejemplares. Mientras durante la época de reproducción todos los machos compiten agresivamente para aparearse, los que parecen hembras quedan al margen de las disputas y pueden buscar tranquilamente hembra sin necesidad de estar embroncados todo el día. Y eso les permite ahorrarse muchas energías y disgustos.

Curiosamente, los machos “afeminados” se muestran más violentos hacia las hembras que ante los propios machos, sean del tipo que sean. Ello demuestra que no sólo se parecen a las hembras, sino que además se sienten hembras… aunque finalmente copulan con hembras y sacan adelante su prole como cualquier otra pareja.

En la sesión del otro día aparecieron dos laguneros con esta tipología. Coloración general de hembra, ojos amarillos y cara de macho.

En ambos casos estuvieron muy poco tiempo y pude hacerles muy pocas fotos.

 


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