LOS ACENTORES DEL BENICADELL

En la ruta de hoy vamos a buscar los acentores alpinos del Benicadell.

Esta montaña es un clásico del excursionismo valenciano. Una cima muy bella que yo mismo ya la he subido hasta en cuatro ocasiones por todas sus variantes de subida.

En este caso, que aún me noto un poco falto de forma, cometeremos un pecadillo venial y subiremos en coche hasta la casa forestal de les Planises para ascender a la cima desde allí. Nos ahorraremos unos 300 metros de desnivel, pero en este momento actual considero más importante disfrutar del placer de caminar por la montaña que perseguir retos demasiado exigentes. Aun así, se nos queda una ruta bastante maja de unos 11 km y unos 550 metros de desnivel y tendremos más tiempo para disfrutar del paisaje y de los acentores.

Para el ascenso desde la caseta forestal seguiremos las señales del PR.CV 213, todo un clásico de esta montaña, que en un bello recorrido por la umbría de la sierra nos lleva a golpe de lazadas hasta la misma base de la cresta de la cima.

Recorrido de ida y vuelta por el mismo camino salvo un pequeño desvió para coronar la Penya Banicadell (por pista) y rodear la vertiente de umbría de este pequeño peñasco por un bonito sendero.

Para coronar el vértice geodésico del Benicadell hay un último tramo un poco aéreo y expuesto con grandes caídas a ambos lados no apto para gente con vértigo. No es que sea peligroso, pero hay que tener cuidado y cada uno debe avanzar hasta donde le de seguridad de llegar. No hay porque forzar ninguna situación y las vistas serán prácticamente las mismas desde cualquier punto de la cresta.

Aparte de la belleza del recorrido, los acentores no han faltado a su cita y aunque pocos y poco colaboradores, algunas fotos les hemos podido hacer. También hemos podido disfrutar del vuelo de los buitres procedentes de la vecina Sierra Mariola que nos han deleitado con sus majestuosos planeos durante un buen rato.

La única pega es que era domingo y había muchísima gente pululando por esta montaña. Demasiada gente para mí, ya que cuando voy a la montaña lo que me gusta es disfrutar tanto de los sonidos como de los silencios de la naturaleza, y hoy era muy difícil. Esta circunstancia tampoco habrá sido buena para fotografiar a los acentores, pues había gente por todos lados y se les notaba un poco nerviosos y se movían demasiado.