Después del atracón que nos hemos dado de rapaces invernantes en la albufera,
ya me iba apeteciendo una sesión de pajarillos forestales. Para ello nada mejor que ir al caseto de Llavata en Casinos, un
bebedero-comedero ubicado en un entorno
de pinar mediterráneo alternado con cultivos de secano. En las tres horas de sesión de esta mañana, ha acudido una buena
representación de las aves típicas de este biotopo, como son los carboneros,
escribanos, petirrojo, jilgueros, mirlos, verdecillos, pinzones, currucas, etc.
Aunque sobre todos ellos ha destacado sobremanera la presencia de tres
herrerillos capuchinos, un delicioso pajarillo de bonito colorido y llamativo
capirote, que me han tenido muy entretenido con sus líos, persecuciones y
frenética actividad.
Aun con pocas esperanzas por lo apurado de las fechas, intentamos
pillar algún lagunero en una pequeña mancha de carrizal seco rodeado de
arrozales en la marjal de Silla. Además de que muchos ejemplares ya habrán iniciado la migración hacia
sus áreas de cría, el entorno con los arrozales ya totalmente secos y
cuarteados no invitaba precisamente al optimismo. Sin embargo, hemos tenido suerte y esta ha sido madrugadora, pues una
hembra de lagunero entro a las 7,50 h y estuvo comiendo del cebo hasta las 8,15
h, ya cuando los primeros y tibios rayos de Sol empezaban a asomar por el
horizonte. Pero como me temía, deben de quedar muy pocos laguneros por esta zona,
pues estuve esperando hasta las 13,00 h y ya ninguno más apareció.
Estamos a finales de marzo y el enfangado de los arrozales ya ha
concluido. Ahora mismo toda la marjal es una costra seca de barro duro y seco y
así permanecerá hasta primeros de mayo cuando se vuelvan a inundar los
arrozales para plantar la nueva cosecha de arroz. Cuesta creer que hace apenas un mes la marjal era una ininterrumpida
masa de agua rebosante de vida y de aves.
Menuda temporada tan estupenda llevamos con los cernícalos vulgares. Por si fueran pocos los 5-6 ejemplares que hemos podido fotografiar en
el parque natural de la Albufera, otra
pareja de estas pequeñas rapaces se ha fidelizado al hide de Ribarroja. De momento solo baja el macho, aunque a la hembra se la ve volando de
vez en cuando por los alrededores.