Visto que la calzada parece que se resiste a irse, hemos cambiado de
posaderos y así por lo menos que las fotos salgan diferentes. En la primera sesión con el nuevo decorado, la calzada habitual nos dio
plantón y no apareció, pero en cambio aparecieron dos laguneras y la sorpresa
del día: una calzada de morfo oscuro. La calzada se quedó en lo alto de un eucalipto y no bajo al escenario,
pero antes de irse le dio un par de pasadas rasantes e intimidatorias a una de
las laguneras.
Con todo el tinglado montando y esperando la visita de alguna rapaz que
aun pueda quedar por la zona de arrozales de la marjal de Pinedo, al final solo
acudió una urraca curiosa, aunque por lo menos se dedicó a hacernos posturitas
en el posadero. Es evidente que la temporada de rapaces en el parque natural de la
albufera ya ha acabado y mejor será aprovechar el tiempo en otros menesteres
más productivos.
La gran mayoría de rapaces invernantes ya deben de haber abandonado la
Albufera en su viaje migratorio a sus áreas de reproducción, así que hacemos
una última sesión de despedida con el águila calzada que tan bien se ha portado
y tan buenas sesiones no ha dado. La calzada no falto a la cita y nos obsequió con una sesión estupenda. También apareció una lagunera muy peculiar porque llevaba unas grandes
y ostensibles marcas alares. Solo permaneció un ratito en lo alto de un
eucalipto y aunque solo le pude hacer un par de cutre fotos, las muestro por la
particularidad del marcaje. Sin entrar en el tema de la idoneidad o no de unas marcas de ese tamaño
colocadas en las alas, un colega ha investigado el origen y al parecer se
trata de un macho anillado en el nido en
junio de 2018 en Cantley, Norfolk, UK. Lo curioso es que por la coloración del
plumaje sin duda parece una hembra. Quizás sea uno de los casos de machos
travestidos, sobre los que ya se ha escrito largamente y que explora la
posibilidad de que algunos ejemplares de machos adopten las libreas de plumaje
de las hembras para entrar libremente en los territorios de otros machos y copular
con ellas sin entrar en disputas territoriales con ellos.
Hace unos días fuimos a la comarca de los Serranos a ver si pillábamos
a la parejita de alimoches. Solo pudimos observar a un ejemplar, pero a cambio nos dedicó una muy
buena sesión, acercándose tanto al aguardo que le pudimos hacer una buena serie
de retratos. Esperemos que su pareja llegue pronto y puedan criar con normalidad tal
y como ha ocurrido en estos años anteriores.