Tras alguna intentona estéril, por fin he pillado a la primera lagunera
de este invierno. Sin embargo hay que considerar que el resultado ha resultado fallido
porque la ubicación no es buena y voy a buscar otras más idóneas. La luz es
demasiado lateral para mi gusto (a primera hora de la mañana aun es pasable, pero sobre las 9,30 h ya no es buena) y además es el territorio de una garza real muy
intransigente. La garza en cuestión no permite que ninguna rapaz aterrice en la
acequia elegida y las ahuyenta nada más tocar tierra. Y aunque he conseguido
espantarla en 3-4 ocasiones durante la sesión, apenas tarda unos minutos en
volver a proteger su territorio.
Las blancas siempre se ha caracterizado porque aparte de las eventuales
visitas de córvidos y carroñeras, siempre han abundado las pequeñas aves. Este año está siendo atípico, porque la presencia de pequeñas aves a
este bebedero está siendo muy escasa. Por otra parte, esta preocupante
tendencia la venimos observando en otros hides de la asociación sin saber a
ciencia cierta a que pueda obedecer, quizás la contaminación, la caza, el furtivismo
en los pasos migratorios o la falta de insectos debido a los pesticidas de la
agricultura, etc.; el caso es que este año los pajarillos han escaseado mucho. Esperemos que esto solo sea una mala racha y podamos volver a disfrutar en
abundancia de la presencia de nuestros pequeños amigos alados. En la sesión de los vuelos de los buitres hemos seguido con esta
tendencia negativa, aunque por lo menos algo hemos pillado. Han venido un
grupito de gorriones (comunes, molineros y algún chillón), una parejita de
tarabillas comunes, un imponente macho de colirrojo tizón, un solitario
jilguero y una abubilla.
Esta mañana nos pasamos por el hide de las Blancas para practicar con
los vuelos de los buitres leonados. La cosa no ha resultado muy productiva, pues han venido pocos buitres y
mayormente nos han entrado por nuestra espalda, luego apenas hemos tenido
alguna oportunidad para captar los vuelos de estos grandes carroñeros. Como de buitres la cosa estaba escasa, he aprovechado la presencia de
un cuervo para practicar los vuelos con él también.
En poco tiempo se van a ir sucediendo grandes cambios en la marjal que
afectaran tanto a su entorno paisajístico como a la vida de sus habitantes
alados. Desde mediados de septiembre se empezó con el secado de los arrozales,
paso previo a la cosecha del arroz. Grandes cosechadoras entraran en los
arrozales y recogerán cientos de toneladas del preciado cereal, cambiando de
forma radical la fisonomía de la marjal. Esta actividad traerá efectos
colaterales, pues la cosecha produce toneladas de paja de arroz, un residuo de
difícil tratamiento, pues si se abandona en los campos se pudre con el agua y
provoca mortandades de peces y si se quema produce contaminación atmosférica.
Como ya he comentado en entradas anteriores de otros años, parece que la
solución más ecológica pasa por la recogida de la paja en grandes fardos para
la producción de compost natural. Y este fin de semana ha arrancado otro acontecimiento que será
devastador para las aves que habitan las grandes extensiones de la marjal, como
es la apertura de la temporada de caza de acuáticas en el Parque natural. Desde
el viernes (12 de octubre) hasta el segundo domingo de febrero de 2019, todos
los fines de semana la marjal se convertirá en zona de guerra y miles de acuáticas
pagaran con su vida esta ancestral y perniciosa actividad tan
arraigada en una parte importante de nuestra población.