En la misma sesión que las laguneras también entro un ratonero muy
impetuoso.
Entro a saco y espanto a las laguneras de inmediato, incluso mantuvo a raya con posturas intimidatorias a otro par de ratoneros que estaban revoloteando por los alrededores.
Quizás esta actitud agresiva se debiera al hambre, pues no dudo ni un instante en darse un buen chapuzón y tirarse al agua para recuperar un trozo de comida que se le cayó de entre las garras.
Entro a saco y espanto a las laguneras de inmediato, incluso mantuvo a raya con posturas intimidatorias a otro par de ratoneros que estaban revoloteando por los alrededores.
Quizás esta actitud agresiva se debiera al hambre, pues no dudo ni un instante en darse un buen chapuzón y tirarse al agua para recuperar un trozo de comida que se le cayó de entre las garras.
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