El pajaro moscón es un ave de pequeño tamaño que
habita en los bordes boscosos de marismas.
Si en algo destaca este pequeñín es en la
construcción de un elaborado nido colgante.
Al iniciarse la época de cría, los machos de
pájaro moscón, antes de emparejarse, se emplean en la elaboración de unos nidos
extraordinariamente complejos, que sitúan en el extremo de alguna rama de sauce
o chopo. La construcción, a base de fibras vegetales, tiene forma globosa y se
recubre externamente por la blanca pelusa que producen estos árboles. Con la
obra a medio terminar, el laborioso macho se centra entonces en atraer a una o
varias hembras, ya que es polígamo. Para ello, emite su canto nupcial encaramado
en alguna rama cercana hasta lograr que una hembra muestre interés por la
construcción entrando en ella.
Constituida la pareja, ambos concluyen el nido
con la elaboración de un túnel de acceso al habitáculo que unen a la estructura
principal y con el recubrimiento del interior, para el que emplean materiales
suaves, como lana o pelusa. El resultado es una resistente y perfecta
estructura, completamente aislada del exterior, en la que la hembra deposita
entre cinco y ocho huevos (a veces más) lisos, mates y blancos, que incubará
durante 13 o 14 días, mientras el macho se dedica a aportar alimento a las distintas
familias que ha formado.