Intentado combinar
otra vez senderismo y ornitología, vamos a Chelva a recorrer la senda del agua,
un sencillo pero bello recorrido de apenas 8 km y unos 250 metros de desnivel,
que sigue el curso del rio Tuejar pasando por interesantes enclaves como el
área recreativa de Puerto Molino, la Playeta, el túnel y la presa de Olinches o
la antigua fábrica de luz.
Además de andar por
la naturaleza, tenía la intención de intentar localizar oropéndolas en las
choperas del rio, un ave bellísima que habita nuestros sotos fluviales y que
tengo muchas ganar de fotografiar.
Por si fuera poco,
la Villa de Chelva reúne gran interés histórico y cultural, al conservar la
huella de todos los pueblos que la habitaron. Declarada Bien de Interés
cultural, con la categoría de Conjunto Histórico, está formada por una serie de
barrios de gran complejidad, de trazado sinuoso y enigmático. Así pues, está el
barrio Andalusí (Benacacira), el barrio Cristiano (Ollerias), el barrio Judío
(Azoque) y el barrio Mudejar-Morisco (Arrabal).
Este itinerario se
inicia en la Plaza Mayor y guiado por señales y paneles informativos que
facilitan su recorrido, discurre por los rincones más emblemáticos de estos
cuatro barrios históricos de la localidad.
En cuanto a la
fauna, no he localizado ninguna oropéndola, luego las tendré que buscar en otro
sitio, aunque hemos observado y oído a muchas aves: mirlos, carboneros, mitos,
pinzones, herrerillos, pico picapinos, cernícalo, ruiseñor, etc.