La verdad es que este año estoy teniendo muy mala suerte con los machos
de lagunero.
Hasta ahora solo se me ha presentado la oportunidad de
fotografiarlo en dos ocasiones. Si en la primera de ellas se mantuvo casi todo
el rato que estuvo delante de la cámara en la zona de sombra, en esta segunda
ocasión, aparecido de repente, me dio la espalda, luego se giró unos segundos y
adiós, muy buenas. Solo un par de fotos decentes y se marchó para no volver.
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