El águila calzada es la más pequeña de las águilas, de ahí que también
se le denomine “aguililla calzada”.
Es una rapaz de tamaño medio, formas estilizadas, alas largas y
estrechas, tarsos completamente emplumados y vuelo ágil, que se caracteriza por presentar
dos plumajes completamente diferentes: uno claro (mucho más frecuente) y otro
oscuro, además de coloraciones intermedias entre ambos.
Por encima ambas fases son iguales, pero por debajo se aprecia como en
la fase blanca tiene el pecho y vientre
blancos y la cola de color canela. La fase oscura presenta todas las alas y la cabeza de color
marrón. El águila calzada cuenta con una cabeza ancha y redonda, que presenta
un pico poderoso para despedazar a sus presas.
Se trata de un ave fundamentalmente migradora de largo alcance, aunque
los ejemplares de Baleares se muestran sedentarios. En los últimos años se
viene registrando un cierto número de individuos que pasan el invierno en las
marismas del Guadalquivir y en las provincias costeras del Mediterráneo, lo que
se interpreta como un fenómeno relacionado con posibles procesos de
sedentarización.
Su hábitat preferido son los
bosques, considerándose una especie típicamente forestal, aunque se desplaza a zonas
más abiertas para cazar.
Las aves constituyen, en la mayoría de las regiones, el grueso de la
dieta de esta rapaz. Normalmente, elige especies de tamaño medio, que varían en
función de las disponibilidades del hábitat que ocupan, si bien sus presas más
comunes son palomas torcaces, perdices, mirlos, zorzales, rabilargos, urracas,
arrendajos, abubillas o codornices. El conejo es el mamífero que más consume y,
allí donde todavía abunda, se constituye en una pieza básica de la alimentación
del águila.
Esta entrada será para mostrar ejemplares en fase oscura.
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