Sesión improvisada de pajaretes en la marjal, con la agradable sorpresa de la aparición de un pechiazul y una pareja de tarabillas comunes.
Al pechiazul le tenía muchas ganas, pues hace varios años que no lo tenía delante del visor. Sin embargo, el encuentro me supo a poco, solo estuvo un par de minutos, siempre escondido entre la protección de la vegetación y cuando intento salir a campo abierto, vino la hembra de tarabilla y lo espanto.
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