El paso migratorio de limícolas se agota al ritmo que se secan los arrozales para cosechar su apreciado fruto: el arroz.
Ahora mismo los arrozales están secos o casi, de forma que las aves que los visitan son los limícolas más pequeños, de cortas patitas y que gustan de rebuscar gusanos u otros animalillos en el lodo húmedo.
En la que va a ser la última sesión del paso migratorio de este año, hemos aprovechado un pequeño charco en un arrozal baldío ya casi seco, y como no podía ser de otra manera, los grandes protagonistas han sido correlimos (muchos comunes y algún menudo), acompañados por algunos chorlitejos y algún andarríos.
Todos ellos se portaron de maravilla, con gran confianza hacia el tumbing a pesar de la cercanía y dándome infinidad de posibilidades de poder fotografiarlos a gusto.
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