La marjal es un medio muy humanizado y es muy habitual la presencia
tanto de vehículos como personas por él. Este hecho hace que las acuáticas que
viven aquí estén acostumbradas a este movimiento de vehículos y personas y
muestren cierta tolerancia a su cercanía tanto de unos como de otros. Aprovechamos
esta circunstancia, para con paciencia acercarnos con el coche a las aves y
hacer sesiones desde la ventanilla. Una red de hojas que nos camufle hará que
las aves estén más confiadas y permitan mayores acercamientos.
Este es buen momento para afotar aves porque el arroz ya está muy
crecido y estas se suelen posicionar en los caballones entre campos y los
bordes de las acequias que los rodean.
Buscaba alguna garza imperial, pero nos hemos tenido suerte y nos
tenemos que conformar con especies más modestas. Algunas cangrejeras (parece
que son más escasas que el año pasado), una gallineta y su pollo, un par de
azulones, una garceta común, una garza real, dos jóvenes golondrinas muy
próximas a la migración y un grupo de cinco flamencos en el claro de un
arrozal.
No hay comentarios:
Publicar un comentario