Si en una entrada del pasado mes de noviembre mostrábamos
la belleza de la marjal inundada, en esta nos ocupamos de la fealdad del
comportamiento depredador de los humanos con el entorno que nos rodea.
Dos casos nos ocupan, el primero, la caza, con una fotografía de un montón de cabezas y de alas de zorzales tirados en el suelo que me he encontrado esta mañana en un camino entre arrozales.
El segundo, la cultura del plástico, con fotografías de la utilización como basureros de algunos descampados que hay entre los arrozales.
Dos casos nos ocupan, el primero, la caza, con una fotografía de un montón de cabezas y de alas de zorzales tirados en el suelo que me he encontrado esta mañana en un camino entre arrozales.
El segundo, la cultura del plástico, con fotografías de la utilización como basureros de algunos descampados que hay entre los arrozales.
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