Sumacarcer es un
municipio valenciano situado en el extremo SO de la Ribera Alta. En su término
municipal, fronterizo con la Canal de Navarrés, el río Júcar abandona las
montañas para adentrarse en la rica vega comarcal. El río que a su paso por la
localidad lleva su caudal máximo es el alma del pueblo, aportando vida, riqueza
y gran variedad de paisajes.
Este pueblo con
gran tradición senderista, cuenta con hasta cuatro senderos locales
perfectamente señalizados (SL-CV) y es final de etapa 5 y comienzo de etapa 6
del RG 237. Asimismo, cuenta con otros muchos senderos combinables entre sí
para poder organizar muchos y variados recorridos.
Cuenta con un
entorno muy agreste y arbolado y parece ser que hay abundancia de cabras
montesas. Así que siguiendo las premisas para hacer senderismo estos veranos
tan tórridos y no morir en el intento, ruta corta y madrugón al canto, lo cual
también hará aumentar las posibilidades de poder observar a las esquivas
cabras, aunque en verano y con estas olas de calor tan intensas no es el mejor
momento para que se dejen ver.
Del recorrido poco
que decir, consiste en subir por el cami de la umbría del Castell hasta el
Cordel de la Ceja y posteriormente bajar otra vez al pueblo por el cami del Tio
Pelegri. A esto añadiremos un pequeño extra, recorriendo el SL-CV 124 (Senda
del Castillo de Sumacarcer) que como su nombre indica nos lleva hasta las
ruinas del castillo del pueblo, de construcción islámica con una ampliación de
época bajomedieval. Al final la ruta ha quedado en 9 km y unos 450 metros de
desnivel, hemos empezado a andar a las 6,45 h y acabamos a las 9,45 h, justo a
tiempo para escapar del calor intenso que empezaba a apretar en ese momento.
La mayor parte del
recorrido es por sendas y por terreno arbolado. La senda de la Umbría del
Castell forma parte del SL-CV.17.1 y la senda del Tio Pelegri no la conocía,
pero me ha encantado por lo frondoso de su recorrido y las magníficas vistas
del barranco de la Mare.
La subida al
castell a pesar de ser un SL homologado y contar con algunas marcas, tiene
tramos algo confusos y el uso del GPS no viene nada mal.
En cuanto a la
fauna poca cosa, solo puedo destacar que he oído el canto de los abejarucos y
poco más. Las cabras no han aparecido, aunque deben de ser abundantes, sobre
todo a tenor de la gran cantidad de excrementos que he encontrado por los
alrededores de las peñas que sustentan el castillo. Algunos de ellos muy
recientes, de esta misma madrugada, aunque las pillinas se ve que han madrugado
más que yo y no he llegado a tiempo de verlas.