El
escorpión común o amarillo (Buthus occitanus) es un arácnido mediterráneo que puede llegar a medir 8 cm. Su
coloración es amarillenta, de un tono oscuro en el dorso y más claro en el
resto del cuerpo. Las pinzas son bastante delgadas y la glándula del veneno es
redonda y tan larga como el aguijón.
Suele
vivir en zonas secas y pedregosas, no extremadamente frías. De día suele
quedarse escondido bajo las piedras de los lugares más cálidos, como por
ejemplo los matorrales y lastonares, y de noche sale a la caza de artrópodos
que paraliza inyectándoles el veneno de su aguijón terminal. En ocasiones suele
salir también los días de lluvia.
El
escorpión posee una larga cola, levantada hacia adelante y sobre el
cefalotórax, con una uña al final de la misma, por donde inocula el veneno. Es
considerado de mediana peligrosidad para el hombre. Las picaduras son
relativamente frecuentes en nuestro país, aunque dada la pequeña cantidad de
veneno inoculado en cada picadura, rara vez produce sintomatología de gravedad.